Si no hay un acuerdo político contra la minería ilegal sucederá no solo la incursión directa de la industria ilegal sino además es altamente probable que vengan días sombríos y atentados contra la vida de políticos como ahora se reduce a las zonas donde allí se desarrolla.
A fines de junio próximo debemos tener conformadas las alianzas políticas de cara a las próximas elecciones nacionales presidenciales. No obstante, las conversaciones ya se vienen sucediendo tanto al interior de partidos de izquierda como las llamadas derechas, sobre todo en los últimos días cuando se conoce la penetración de la minería ilegal y las externalidades negativas que semejante industria desarrolla.
Así, luego de terminadas las conversaciones y selladas las alianzas, los partidos políticos que quedan listos para las elecciones presidenciales venideras deberán construir una alianza para evitar la infiltración de la minería ilegal en sus listas al Congreso, el Senado y a otras instituciones.
Este cordón sanitario contra la minería ilegal debe estar refrendado con un acuerdo político que, como lo decíamos líneas arriba, evite a toda costa la penetración más profunda de la minería ilegal en la política. Asimismo, no en vano decir que a diferencia de ayer, ahora esta penetración será directa. Es decir, si ayer la minería ilegal pagaba a representantes políticos para que elevaran sus demandas y defiendan sus intereses en la política nacional, ahora todo ello ha cambiado debido a que ahora los mineros ilegales quieren incursionar de manera directa a la primera línea política nacional.
Si no hay un acuerdo político contra la minería ilegal sucederá no solo la incursión directa de la industria ilegal sino además es altamente probable que vengan días sombríos y atentados contra la vida de políticos como ahora se reduce a las zonas donde allí se desarrolla.
Es cierto que la minería ilegal no se puede asemejar al narcotráfico ni nada menos, pero sí es necesario advertir que son industrias fuera de la legalidad y que ambos no solo tienen una estrategia social y política para legitimarse sino utilizará su fuerza para poder pervivir. En caso que la política y los políticos no coloquen líneas rojas contra la minería ilegal, serán los responsables que esta industria no solo se fortalezca sino además que pueda dominar las instituciones republicanas.