El conflicto en Las Bambas volvió a escalar esta semana luego de que la comunidad de Fuerabamba abandonara la mesa de diálogo en Chalhuahuacho sin acuerdos. El martes 20 de mayo, tras más de 20 días de bloqueo del Corredor Minero Sur, los comuneros rechazaron la propuesta de liberar las vías para convocar a una mesa técnica sobre el litigio de tierras con la empresa minera. Días antes, los enfrentamientos habían dejado 38 agentes de seguridad heridos y dos garitas de la mina incendiadas. La situación, según advirtió el excongresista por Apurímac, Richard Arce, refleja un patrón de abandono estatal que amenaza con replicar el escenario de violencia visto en Pataz.
“El asunto es que hay un terreno de cuarenta hectáreas que no estaba en los documentos del proceso de permuta (…) Las Bambas aduce que esos terrenos eran parte del acuerdo y ellos han tomado posesión, la comunidad de Fuerabamba dice que no”, explicó Arce. El conflicto por el predio, que los comuneros consideran ancestral y ligado a sus rituales andinos, ha paralizado por completo la operación minera. “Se tiene 21 días de bloqueo de la carretera (…) no permiten el paso de los camiones, los tractocamiones que transportan el mineral y tampoco de la logística”, sostuvo el experto.
Las pérdidas económicas son significativas. “Se pierde por un día de bloqueo de la carretera un promedio de S/2 millones de soles (…) En proyecciones, debe estar rondando los S/100 millones en 20 días”, estimó Arce, señalando que el perjuicio no solo afecta a la empresa, sino al desarrollo regional.
Para el exparlamentario, el problema de fondo es la ausencia del Estado. “Este problema no está siendo atendido por el gobierno central”, afirmó. Además, cuestionó las sucesivas declaratorias de emergencia como única respuesta. “No puede ser una medida preventiva algo tan drástico como la suspensión de derechos civiles”.
En contraste, propuso una solución estructural: “Es importante tener un equipo de campo que permita recopilar información para prevenir los conflictos como la Defensoría del Pueblo (…) se requiere un trabajo con presencia real del Estado para abordar los problemas cuando se gestan”, señaló Arce.
Además, advirtió que si no se actúa pronto, Apurímac podría vivir una escalada de violencia similar a la de La Libertad: “La minería ilegal está teniendo un crecimiento vertiginoso (…) se han organizado de tal manera que generan confrontación. En el futuro, Apurímac podría convertirse en Pataz”.