Hay un mito que circula, ha tomado fuerza y es parte de un relato potente que tiene como objetivo generar una lucha de clases entre los llamados mineros ricos versus mineros pobres. El mito es que las empresas de la gran minería NO QUIERE la formalización de los mineros artesanales, pequeños y medianos. Pero la realidad es absolutamente otra. Vamos a explicarlo.
De acuerdo a los datos del total de Reinfo (más de 86 mil hasta diciembre del 2024) 68% de encuentran sobre un derecho minero vigente y 26% sobre un derecho extinguido. De aquellos con Reinfo sobre derechos mineros vigentes (el 68%) solo 8% son titulares y 92% están sobre derechos mineros de terceros (invasión de concesiones) Ojo con estos números.
De este último dato (92%), el 27% están sobre una concesión de la mediana y gran minería; mientras que el 73% está sobre una concesión que le pertenece a un minero de la pequeña y minería artesanal. Aquí está la verdad.
No es cierto entonces, de acuerdo a los números del Ministerio de Energía y Minas, que la gran y mediana minería están en contra de la formalización de los mineros informales. Es más, de las 20 mineras con mayor número de Reinfo (en manos de informales) 10 corresponden a la gran y mediana minería y 10 a la pequeña y minería artesanal.
La verdad, entonces, es que la informalidad en el sector minero afecta más a la pequeña y minería artesanal que a la gran minería. Y esta verdad está sujeta a los números. Sin embargo, algunos sectores de la media y la política intensifican la campaña que existe una “lucha de clases”, una confrontación entre David contra Goliat, relatos que solo son parte de la propaganda política e ideológica que deben desaparecer en los hechos.
La idea entonces es, en base a los números, encontrar una sinergia, un marco para poder establecer una relación entre el informal que quiere formalizarse (y que tiene la labor) y la empresa que tiene la concesión. Allí está el detalle. Pero sin ideologismo y sin relatos falsos.