Entrevista a José Miguel Morales, Presidente de Empresarios por la Educación.
¿Cómo califica la gestión del actual Ministro de Educación, Jaime Saavedra Chanduví?
En una opinión totalmente personal, considero que el Ministro debería quedarse por los próximos diez años. Es un profesional, técnico y ha hecho las cosas que se deben hacer.
En educación así como en economía se requiere de una política de Estado, y si bien en el sector Educación hay seis políticas de Estado que se aprobaron en el segundo mandato del ex presidente Alan García, la gente se olvida de estas políticas, y el actual ministro ha trabajado en esos temas
Además que se requiere de diez años para lograr cambios en este sector. El que entre debe seguir con el modelo para poder llegar a las metas. Si cada cinco años se cambia la política educativa, jamás se lograrán resultados concretos.
En ese sentido, se debe recordar que la política educativa de Perú está orientada a mejorar la comprensión lectora, en matemáticas y los temas de ética.
¿Desde cuándo se está aplicando esta política?
Se debe tener presente que los puntos antes mencionados se planteó por el Consejo Nacional de la Educación cuando lo presidía Patricia Salas, y fue en ese momento que me involucré, porque siendo presidente de la Confiep, convocó a los empresarios para conocer sus opiniones sobre el tema de educación.
Así, el Consejo Nacional de la Educación elaboró seis políticas de Estado, y en la última reunión participaron los empresarios y representantes del SUTEP, y los acuerdos se plasmaron en una resolución. Cabe precisar que la principal conclusión fue un consenso sobre lo que se debe hacer por la educación en los próximos 20 años. De esta manera se obtuvo el “Proyecto Nacional por la Educación”, el cual fue plasmado en una ley; y el actual gobierno ha seguido este acuerdo por la educación.
¿Por qué no se percibe que se está trabajando de manera correcta?
Lo que ocurre es que hace falta aplicar el principio de autoridad, el cual no se impone con palo, sino con hechos concretos, con comunicación entre el Estado con la población; pero cuando falta esa actitud, el público busca de una forma hacerse escuchar y su accionar es bloqueo de carreteras, por citar algunos casos.
El tema de educación va a estar totalmente ligado a estas cosas, porque la gente educada deja de ser ignorante y no pueden engañarles. En ese sentido, es destacable que estos grupos violentos han encontrado en la ignorancia el camino a utilizar para la manipulación de las personas.
¿Pero el rechazo hacia las mineras no es general como estos grupos pretenden demostrar?
Efectivamente. Las personas que viven en las zonas de influencia directa de los proyectos mineros saben cómo el sector minero ha contribuido a su bienestar económico, y para ellos tenemos ejemplos, malos pero al fin y al cabo ejemplos, y el principal es Cajamarca, que hace cinco años estaba muy bien, pero luego se paralizaron los proyectos mineros y la economía de la ciudad se detuvo; entonces el ciudadano se ha dado cuenta que la minería traía beneficio.
Y si bien la gente acusa que la minería no da valor, se debe tener presente el valor de transformar un pedazo de tierra en un metal, sin olvidarnos de la generación de mano de obra directa e indirecta. Recordemos que por cada hombre que trabaja en minería, nueve tienen trabajo indirecto.
Además nadie quiere recordar o no quiere darse cuenta que gracias a la minería, muchos pueblos ahora cuentan con energía eléctrica, y este sector ha crecido mucho porque el principal cliente es la minería.
Es fundamental recordar el efecto multiplicador que ha tenido la minería.
(La entrevista la encuentra en la edición impresa y virtual de su revista RUMBO MINERO Nº 89)