La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), organismo de las Naciones Unidas encargado de regular la minería en aguas internacionales, adoptó esta semana una medida preventiva que podría tener implicancias directas para el desarrollo futuro de proyectos de explotación de minerales críticos en el fondo marino.
La resolución se dio en respuesta a la reciente iniciativa del expresidente estadounidense Donald Trump, quien emitió una orden ejecutiva para agilizar la emisión de licencias nacionales destinadas a la minería submarina en aguas internacionales, desafiando el sistema multilateral vigente. Esta decisión ha generado inquietud en el seno del Consejo de la ISA, particularmente por su posible impacto en el cumplimiento de contratos de exploración minera ya vigentes bajo la regulación del organismo.
The Metals Company en la mira
La medida apunta de forma indirecta a The Metals Company (TMC), minera de fondos marinos con sede en Canadá, que en abril solicitó al gobierno de EE.UU. una licencia independiente para explotar nódulos polimetálicos en una zona del Pacífico central bajo contrato con la ISA. Estos nódulos, ricos en níquel, cobre, cobalto y manganeso, son altamente demandados por las industrias de baterías, acero y transición energética.
TMC ya opera bajo dos contratos ISA, uno de los cuales vence en 2026, y la solicitud de una nueva licencia nacional plantea preocupaciones sobre un posible “doble estándar regulatorio” en el acceso y explotación de recursos minerales en aguas internacionales.
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Sector dividido: presión por reglamentos vs. moratoria ambiental
La minería submarina ha generado una profunda división en la comunidad internacional. Países como China, Rusia, Japón y Corea del Sur, que lideran inversiones en exploración de nódulos polimetálicos, promueven la pronta aprobación de un código minero global para iniciar la producción comercial. En paralelo, más de 30 países, ONG ambientales y académicos exigen una moratoria hasta que se evalúen con mayor profundidad los impactos ecológicos.
La ISA ha trabajado durante más de una década en un conjunto de regulaciones técnicas, legales y financieras, necesarias para permitir la minería de los fondos marinos. A la fecha, aún persisten desacuerdos sobre aspectos clave como el régimen de regalías, los límites de extracción, los criterios de impacto ambiental y el acceso equitativo para países en desarrollo.
Primer permiso nacional de minería en aguas profundas
Estados Unidos se convertiría en el primer país del mundo en emitir una licencia nacional para minería submarina comercial, apelando a una ley federal de 1980 poco utilizada. Esto ha generado tensiones diplomáticas dentro de la ISA, ya que contraviene el principio del “patrimonio común de la humanidad”, base del régimen multilateral que rige las actividades en aguas internacionales.
La decisión también podría sentar un precedente para otras compañías o naciones interesadas en avanzar de forma autónoma, sin esperar la aprobación del código global que negocia la ISA.
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Claves para la industria minera
- Nódulos polimetálicos: la explotación de estos recursos abre una nueva frontera para la minería de minerales críticos, esenciales para la electrificación, energías renovables y movilidad sostenible.
- Seguridad jurídica y licencias: el conflicto entre la ISA y Estados Unidos plantea dudas sobre la validez futura de contratos y concesiones submarinas.
- Sostenibilidad y regulaciones: el avance técnico de la minería submarina deberá ir de la mano con marcos regulatorios sólidos que mitiguen el impacto en ecosistemas marinos profundos.