La Agencia Internacional de Energía (IEA) lanzó una alerta clave en su informe Global Critical Minerals Outlook 2025: aunque el mercado de minerales como el cobre, litio y níquel parece estable, existen riesgos crecientes para su disponibilidad en los próximos años.
El informe destaca que la producción de minerales esenciales para energías limpias —como baterías, redes eléctricas y autos eléctricos— está altamente concentrada. Hoy, tres países dominan más del 85% del procesamiento global de estos recursos, con China liderando en casi todos los casos. Esto eleva el riesgo de interrupciones por conflictos, restricciones comerciales o problemas logísticos.
Uno de los puntos críticos es el cobre. La demanda crecerá fuertemente hasta 2035 por la expansión de redes eléctricas a nivel mundial, pero los proyectos en desarrollo no serían suficientes. La IEA estima un déficit de oferta de cobre de hasta 30% si no se acelera la inversión en nuevas minas.
Si bien la demanda sigue firme —por ejemplo, el litio creció 30% solo en 2024—, la inversión y la exploración minera están perdiendo impulso. En 2024, la inversión solo subió 5%, frente al 14% del año anterior.
Además, el 55% de los minerales estratégicos energéticos ya enfrentan algún tipo de restricción a la exportación, lo que podría encarecer costos y frenar el crecimiento industrial.
El informe también advierte que tecnologías emergentes como las baterías de sodio-ion, vistas como alternativas al litio, también dependen de cadenas de suministro controladas por unos pocos países.
El mensaje de la IEA es claro: el mundo necesita diversificar urgentemente sus fuentes de minerales críticos. Para los países productores como Perú, esto representa una gran oportunidad de inversión, pero también exige planificación, agilidad regulatoria y visión a largo plazo.
La seguridad energética del futuro dependerá, en gran parte, de decisiones que se tomen hoy en el sector minero.