Panamá y Colombia definieron aspectos clave para concretar una línea de 500 kV y 500 km de extensión, que impulsará la integración energética regional.
Panamá y Colombia han dado un paso firme hacia la concreción de su interconexión eléctrica, tras alcanzar acuerdos iniciales que delinean el marco técnico y comercial del proyecto. En una reciente reunión en Bogotá, autoridades de ambos países definieron términos contractuales, reglas de acceso, resolución de controversias y mecanismos de seguimiento, allanando el camino para la instalación de una red eléctrica binacional.
Según Antonio Jiménez, director ejecutivo de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) de Colombia, también se discutieron transacciones de energía de corto y largo plazo, condiciones operativas y la posibilidad de crear un comité binacional de reguladores para garantizar el monitoreo conjunto del sistema interconectado.

El proyecto contempla una línea de transmisión de corriente continua de 500 kilovoltios (kV) y 500 kilómetros de longitud, divididos en 220 km en territorio panameño, 150 km en Colombia y un segmento submarino de 130 km. La inversión estimada asciende a US$ 800 millones.
Impulsada desde 2001, la iniciativa había enfrentado múltiples retrasos por consideraciones ambientales y sociales. Sin embargo, las obras se iniciarían en Panamá durante el segundo semestre de 2026, con una entrada en operación programada para 2028. Para Panamá, este vínculo representa un hito estratégico: permitirá acceder a energía renovable proveniente de Colombia, robustecerá la seguridad del suministro eléctrico y consolidará la integración energética regional.