Actualmente, la mitad del uranio -que alimenta las plantas de energía nuclear del país- proviene de Rusia, Kazajstán y Uzbekistán.
Estados Unidos tiene suministros de uranio muy enriquecido, a partir del cual puede reducir el combustible para los reactores.
Asimismo, en agosto, el presidente Joe Biden firmó la Ley de Reducción de la Inflación.
En esa ley se consideró US$ 700 millones para producir un suministro de uranio poco enriquecido de alto ensayo (HALEU) que muchos reactores avanzados en desarrollo planean usar.
Según Reuters, la administración invocó en marzo la Ley de Producción de Defensa de la era de la Guerra Fría para apoyar la producción y el procesamiento de minerales críticos.
Luego, en septiembre, la Casa Blanca solicitó al Congreso otros US$ 1,500 millones en un proyecto de ley de financiamiento gubernamental temporal para impulsar el suministro interno de uranio poco enriquecido y HALEU.
Cabe indicar que la medida no se adjuntó al proyecto de ley anual de gastos de defensa ya que algunos legisladores tenían preocupaciones sobre los costos.
Uranio no de Rusia
De acuerdo con Jennifer Granholm, secretaria de energía del país, Estados Unidos está trabajando en el suministro de su propio uranio.
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El uranio se usaría para los reactores nucleares existentes y avanzados que podrían volverse comerciales.
De esa manera, se buscará reducir la dependencia de Rusia para el combustible.
Actualmente, la nación requiere para alimenta sus plantas de energía nuclear la mitad del uranio procedente de Rusia y sus aliados Kazajstán y Uzbekistán.
“Estados Unidos quiere poder obtener su propio combustible de nosotros mismos y por eso estamos desarrollando una estrategia de uranio”, dijo Granholm.
Se debe tener presente que Joe Biden ha prohibido las importaciones de petróleo ruso debido a la invasión de Ucrania por parte de Moscú, pero no ha prohibido su uranio.
Un dato
Algunos defensores de la energía nuclear también quieren impulsar la minería y el procesamiento de uranio en Estados Unidos.
Sin embargo, esas prácticas no tienen la aceptación de muchos ambientalistas.
