La noticia fue anunciada por el cardenal Kevin Joseph Farrel, quien asumirá temporalmente la administración de la Iglesia hasta que elija a un nuevo pontífice.
Este lunes 21 de abril a las 7.35 (hora en Ciudad del Vaticano), falleció el papa Francisco, el primer latinoamericano en liderar la Iglesia católica, en su residencia de la casa Santa Marta.
El deceso de Jorge Mario Bergoglio, de nacionalidad argentina, fue confirmado mediante un video por el camarlengo (funcionario de la corte papal), el cardenal Kevin Joseph Farrel, quien asumirá temporalmente la administración de la Iglesia hasta que se celebre el cónclave en el que se elige a un nuevo pontífice.
Anuncio
“Queridos hermanos y hermanas, con profundo pesar debo anunciar el fallecimiento de nuestro santo padre Francisco. A las 7:35 a.m., el obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Dedicó toda su vida al servicio del Señor y de su Iglesia”, declaró el camarlengo Kevin Joseph Farreen un comunicado.
Farrell continuó: “Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente a favor de los más pobres y marginados. Con inmensa gratitud por su ejemplo como verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios trino”, concluyó el comunicado.
Kevin Joseph Farrell ha sido una de las personas más cercanas al papa durante el tiempo en el que estuvo ingresado en el hospital a causa de sus complicaciones de salud. Tras su muerte, el cardenal se convierte en figura clave de la Iglesia hasta la elección de otro papa.
Entre sus funciones el camarlengo adquiere un papel crucial ante cualquier escenario de vacío de poder en la Iglesia. Es el encargado de certificar oficialmente la muerte del pontífice, sellar sus aposentos y convocar al Colegio de Cardenales para organizar el cónclave que elegirá a su sucesor. Además, tiene bajo su responsabilidad la administración de los bienes temporales de la Santa Sede durante la llamada Sede Vacante.
También puedes leer: Fallece Mario Vargas Llosa, gigante de la literatura universal
Reformas a la Iglesia
El papa Francisco buscó reformar la Iglesia combatiendo las mentalidades elitistas del clero, exigiendo un enfoque compasivo hacia los católicos divorciados y homosexuales e insistiendo en que la Iglesia acogiera a todos.
Tomó una serie de medidas para sanear la corrupción financiera en el Vaticano y combatir la lacra del abuso sexual clerical, incluyendo leyes para responsabilizar a los obispos por encubrimientos. Francisco también buscó ampliar el papel de las mujeres que trabajan en el Vaticano y autorizó a los sacerdotes a ofrecer bendiciones a las parejas del mismo sexo.
Construyó puentes con el mundo musulmán, a la vez que buscaba desempeñar un papel de pacificador ante los conflictos globales, en particular en Ucrania y Medio Oriente.
Sus reformas lo llevaron a enfrentar una resistencia sin precedentes por parte de los ultraconservadores dentro de la Iglesia, aunque los católicos progresistas consideraban que debería haber ido más allá al permitir la ordenación sacerdotal de hombres casados, modificar la doctrina oficial sobre la homosexualidad y dar mayor espacio a las mujeres en el ministerio.
A pesar de tomar una serie de medidas drásticas, Francisco tampoco logró sofocar el escándalo de abuso sexual infantil y otras formas de abuso que han plagado a la Iglesia católica, una vergüenza que él mismo asumió como su responsabilidad de erradicar, pero que continuó dañando a la Iglesia institucional en múltiples países a lo largo de su papado.
Últimos días
El papa Francisco dedicó sus últimos días al servicio de la Iglesia, participando al máximo en la celebración de la Pascua, el momento culminante del calendario cristiano.
El pontífice de 88 años no presidió los servicios principales de Semana Santa ni de Pascua, pero sí realizó breves apariciones durante el fin de semana, incluyendo una visita de 30 minutos a una prisión de Roma el jueves y una visita a la basílica de San Pedro el sábado por la noche.
Este domingo por la mañana, ofreció la bendición urbi et orbi mientras un asistente leía su discurso. Solo el papa puede ofrecer esta bendición, que incluye la concesión de una indulgencia, la remisión de los pecados.
Más tarde, saludó a la multitud que lo vitoreaba en la plaza de San Pedro desde el papamóvil, la primera vez que lo hacía desde su hospitalización. También se reunió brevemente con el vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, quien es el último dignatario cívico extranjero en reunirse con el papa.