El sur peruano sigue siendo el epicentro de la minería ilegal aurífera.
Un informe reciente de la plataforma RAMI, desarrollada por Conservación Amazónica (ACCA), reveló que en mayo se registraron más de 25,000 casos de deforestación relacionados con la minería ilegal en la Amazonía peruana. Esta actividad afecta incluso zonas protegidas y territorios indígenas, según muestran imágenes satelitales que evidencian un avance constante de la minería en regiones como Madre de Dios, Loreto y otras.
Aunque el sur peruano sigue siendo el epicentro de la minería ilegal aurífera, la expansión hacia el norte, especialmente en Loreto, muestra una preocupante tendencia. Allí se detectó infraestructura minera flotante en el río Tigre, lo que marca una nueva fase de invasión a territorios previamente no intervenidos, amenazando biodiversidad y comunidades locales.
En zonas clave como la Reserva Nacional Tambopata y la concesión minera Edith Cardozo Valencia, ambas oficialmente bloqueadas para actividades extractivas, se han identificado más de 130 casos de deforestación. Solo en Tambopata se perdieron 1.1 hectáreas de bosque y en la concesión Edith Cardozo, 0.86 hectáreas, pese a las restricciones legales.
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Otras áreas vulneradas incluyen la Comunidad Nativa Puerto Luz, con 32 casos de deforestación, y la concesión para conservación de Munay Malquikuna S.R.L., donde se registraron 58 casos. Estos datos muestran cómo incluso las áreas legalmente protegidas son blanco de la minería ilegal, sin un control efectivo.
RAMI, que opera con tecnología de radar satelital y el apoyo de entidades como el Minam, USAID y NASA, permite monitorear en tiempo real la deforestación causada por minería ilegal. Su capacidad de operar en temporada de lluvias y zonas remotas la convierte en una herramienta clave para el Estado y organizaciones civiles en la lucha contra la degradación ambiental en la Amazonía.