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Empresa buscaría reactivar mina de esmeraldas en Colombia

INTERNACIONAL. Empresa buscaría reactivar mina de esmeraldas en Colombia. De acuerdo a Reuters, una pequeña compañía está tratando de insuflar nueva vida a una legendaria mina de esmeraldas de cuatro siglos de antigüedad en Colombia sin provocar protestas de los habitantes locales, que temen ser excluidos de los túneles donde buscan gemas y se ganan la vida

Fura Gems, la primera empresa minera de esmeraldas cotizante en bolsa que opera en Colombia, ha invertido 10 millones de dólares hasta la fecha.

La empresa, con sede en Dubái y que cotiza en Canadá, enfrenta una prueba en sus relaciones con la comunidad, mientras intenta rehabilitar a Coscuez, el principal productor de gemas del país hasta algún momento después de 1998, cuando la disminución de la inversión y los métodos mineros obsoletos erosionaron la producción.

Durante décadas, los residentes han recorrido las decenas de túneles que atraviesan Coscuez en busca de piedras para comprar el pan de cada día. Los lugareños dicen que hay cientos de personas cavando diariamente.

Fura se ha comprometido a reducir gradualmente el acceso a los subterráneos mientras ayuda a los residentes a encontrar un empleo alternativo como panadería, sastrería y avicultura.

La compañía espera que esto ayude a prevenir problemas de seguridad como los que afectaron a una mina en el cercano pueblo de Muzo, conocido como la capital mundial de las esmeraldas. Pero muchos habitantes de la zona son escépticos.

“Aquí la gente no se aguanta lo que pasó en Muzo”, dijo Beatrice Sanabria, madre de cinco hijos, tras un largo día de minería “informal” en Coscuez, en lo alto de las montañas de los Andes.

“Hasta ahora, gracias a Dios, nos han dejado trabajar”, sostuvo en una tarde de octubre mientras docenas de mineros informales sucios y cansados lavaban tierra y piedras que sacaron de un estrecho túnel en busca de la gema verde, flanqueados por guardias de seguridad desarmados de Fura.

ESMERALDAS DE ALTA CALIDAD
Colombia produce actualmente menos del 25 por ciento de la oferta global de esmeraldas, pero eso representa alrededor del 50 por ciento del valor, Kieron Hodgson, analista de minería de Panmure Gordon. Las esmeraldas colombianas pueden exigir una prima por su alta calidad. En la década anterior a 2005, Colombia representó el 47 por ciento de la producción global de esmeraldas, pero disminuyó debido a factores que van desde la falta de nuevos descubrimientos hasta el exceso de oferta global.

“La verdadera oportunidad para las esmeraldas colombianas es recuperar su posición anterior en la cadena de valor global”, dijo Hodgson, al asegurar que la producción entre 2016 y 2017 fue de 2,4 millones de quilates, frente a los 10 millones de quilates a principios de la década de 2000. La demanda global ha crecido “significativamente” en la última década, agregó.

Fura, formada por exejecutivos del Grupo Gemfields, el productor de rubíes y esmeraldas más grande del mundo, apunta a cambiar eso. Dev Shetty, exdirector de operaciones de Gemfields y actual presidente ejecutivo de Fura, dijo que quiere seguir desarrollando Coscuez después de que Gemfields se retiró el año pasado para centrarse en África.

Si bien el enfoque gradual de Fura para cortar el acceso al túnel puede evitar las protestas violentas a las que se enfrentó la empresa rival Minería Texas Colombia (MTC), aún es incierto el futuro para la compañía y la mina en Coscuez.

La minería informal es un desafío generalizado en el sector de las piedras preciosas, dijo Sebastián Sahla, de Natural Resource Governance Institute, una organización sin fines de lucro centrada en el petróleo y la minería, quien admitió que no ha analizado a Fura.

El empleo alternativo a menudo falla porque la minería informal es más lucrativa, aseguró, mientras que los enfoques de confrontación generalmente fracasan porque pueden deteriorar las relaciones con la comunidad. Al mismo tiempo, la práctica conlleva altos riesgos.

PASADO DE VIOLENCIA
“Si usted es una empresa que cotiza en bolsa y un túnel en su licencia con docenas de mineros (informales) dentro se derrumba y todos mueren, eso no es genial”, afirmó.

Aún así, Shetty asegura que no es práctico cerrar todos los túneles a la vez. Fura ha cerrado cuatro de los 49 túneles, reveló Shetty, pero no ha establecido un cronograma para clausurar el resto.

“No estamos permitiendo que se lleve a cabo oficialmente la minería informal, pero prácticamente las cosas toman tiempo”, dijo. “No podemos vigilar toda la montaña”.

Más del 96 por ciento de los 270 empleados de Fura son de Coscuez, sostuvo Shetty al afirmar que eventualmente planea emplear al menos 400 en la mina.

La compañía, que también está desarrollando proyectos de rubíes en Mozambique, espera ser rentable a fines de 2020.

La región ha sido testigo de la violencia relacionada con la minería en el pasado.

En 2015, hombres armados atacaron la mina Muzo de MTC, usando explosivos para volar las puertas de acero de un túnel y también disparando a los trabajadores. MTC, que hizo cambios no especificados en la seguridad tras la invasión y otra en 2013, atribuyó ambos ataques a las pandillas locales.

Más tarde, los habitantes de Muzo se molestaron cuando MTC cumplió con las regulaciones ambientales y dejó de botar los desechos de la mina en el río, privándolos de otra fuente de gemas.

MTC contrató formalmente a la mayoría de los mineros que antes no tenían sueldos, pero algunos se han resistido al cambio, dijo el director Charles Burgess. “No querían un empleo formal y remunerado. Querían un acceso sin restricciones a la mina para poder robar”, señaló.

Con MTC ahora en el control de la producción de la mina, los comerciantes de esmeraldas de Muzo realizan regularmente el viaje de 90 minutos por caminos de montaña escarpados para llegar a Coscuez, comprando bajo cuerda piedras libres de impuestos.

Mientras que solo unos pocos se hacen ricos, la mayoría solo gana lo suficiente para sobrevivir y muchos dicen que no hay otras opciones más allá de trabajar en los túneles, donde las temperaturas pueden alcanzar los 50 grados centígrados.

A los lugareños como Francisco Córdoba, de 55 años, les preocupa que, tarde o temprano, sus medios de vida queden cortados. “La gente tiene la inquietud que eso se vuelva como Muzo, que llega el tiempo cuando digan ‘no más’”, afirmó.

(Foto referencial)

(TCP)

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