Por: Paola Terrones
El rol que desempeñan los camiones y volquetes en todo proyecto minero es determinante. De hecho, ambos equipos son fundamentales para cumplir con las metas operativas, al punto que cualquier falla o deficiencia puede ocasionar retrasos y, como consecuencia, afectar variables clave del proyecto; factor crítico en una coyuntura. Como la actual, en la que los titulares mineros buscan abaratar sus costos en todas las líneas.
Por lo anterior, la selección de los equipos adecuados es de suma relevancia para el desarrollo de las labores en las zonas de operación, y el criterio básico para hacerla es definir el tipo de labor que realizará cada uno de ellos: tareas livianas, en cuyo caso se utilizan camiones; o pesadas, que implican el uso de volquetes.
En la actualidad, ambos equipos poseen diversas configuraciones y tecnologías, además de múltiples características e instrumentos, con el objetivo de dotarlos de la mayor confiabilidad, continuidad operativa, flexibilidad y facilidad de manejo.
Y es que un aspecto clave para este tipo de maquinarias es la disponibilidad que puedan conseguir en operación, elemento fundamental en la productividad de la maquinaria pesada y en la obtención del menor costo por tonelada, que es un indicador clave en la minería.
SITUACIÓN DEL MERCADO
El mercado de ambos rubros, sin embargo, ha visto afectado su dinamismo por la coyuntura de desaceleración que enfrenta el sector minero debido a menores inversiones e inestabilidad en los precios de los metales.
Es así que el año pasado, por ejemplo, el registro de vehículos pesados a nivel nacional fue de 19.224 unidades, según estadísticas de la Asociación Automotriz del Perú (APP), lo que denotó una retracción respecto a registros anteriores. Y lo mismo sucedió en el caso de camiones, cuyas inscripciones durante los primeros cuatro meses de este año (enero – abril) alcanzaron un total de 4,488 unidades, menor a la de años previos.
Esa situación, sin embargo, ha tenido efectos mixtos en las empresas dedicadas a la importación de tales equipos y, como consecuencia, ha impulsado la adopción de estrategias y acciones específicas de cada una ellas para enfrentarla. Citamos, como ejemplo, los casos de Ferreyros y Scania.
“En el 2014 fuimos favorecidos con más del 85% de licitaciones para la provisión de camiones mineros y de otros equipos para la gran minería de tajo abierto. La entrega de estas máquinas se viene concretando desde este año. Las nuevas unidades se vienen sumando al parque de camiones mineros de nuestra representada Caterpillar”, revela Fernando Armas Tamayo, Gerente de División Gran Minería de Ferreyros.
Y es que si bien en el 2014 se produjo una menor actividad en la demanda de equipos y la postergación de algunas decisiones de inversión en activos, Ferreyros ha seguido acompañando a sus clientes para impulsar la máxima productividad de sus flotas a través del soporte posventa y de proyectos de optimización de sus operaciones vigentes.
Por su parte, Juan Carlos Pon, Gerente de División de Ventas de Scania, recalca que en comparación con el 2013, el 2014 fue un año duro para la comercialización de vehículos comerciales dirigidos a los sectores minería y construcción ya que, precisa, el mercado se contrajo en más de 20%.
Sin embargo, este hecho significó una oportunidad para la empresa, que decidió potenciar y desarrollar aún más su servicio posventa con el objetivo de hacer de las operaciones vigentes negocios más rentables para sus clientes.
(El informe completo se encuentra en la edición impresa y virtual de su revista RUMBO MINERO Nº 87)
