La inflación en Perú ha alcanzado su nivel más alto en un cuarto de siglo, golpeando a las personas ya afectadas por la pandemia.
Marcelo Gonzales está cansado y enojado por el rápido aumento del costo de vida en su polvoriento pueblo en la costa desértica de Perú, donde la inflación de alimentos y combustibles inflamada por la guerra en Ucrania ha provocado protestas que amenazan con desestabilizar al gobierno.
La agitación social en el país andino subraya cómo el impacto de la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero está repercutiendo en todo el mundo, con líderes en Sri Lanka y Pakistán también bajo presión pública por las difíciles condiciones económicas.
La inflación en Perú ha alcanzado su nivel más alto en un cuarto de siglo, golpeando a las personas ya afectadas por la pandemia de coronavirus desde principios de 2020.
“El costo de las necesidades diarias básicas de una familia ha subido brutalmente”, dijo Gonzales a Reuters, rodeado de cientos de residentes enojados en el pueblo occidental de Villacuri y donde personas de todas partes de Perú vienen a trabajar en las grandes plantaciones de frutas cercanas.
La semana pasada, Gonzales lideró a la gente de su pueblo, que se encuentra a unos 240 km (150 millas) al sur de la capital Lima en la región de Ica, para bloquear la carretera más importante del país, exigiendo que el gobierno actúe para bajar los precios, especialmente para productos esenciales como el aceite vegetal, pollo, arroz y gas para cocinar.
“No podemos pagar el alquiler ni comprar cosas para nuestros hijos”, dijo Maribel Condori, madre de tres hijos en Villacuri.
Los peruanos de los pueblos rurales pobres de todo el país han salido a las calles, a veces con violencia, para exigir precios más bajos, lo que ha puesto nervioso al ya tambaleante gobierno del presidente socialista Pedro Castillo. El exmaestro sobrevivió a un segundo intento de juicio político el 28 de marzo tras acusaciones de corrupción, que él niega.
Al menos seis personas han muerto en enfrentamientos con la policía, incluido uno en Ica, dijeron las autoridades. Hasta ahora, las autoridades no han podido reabrir muchas de las carreteras bloqueadas, aunque la Carretera Panamericana, que atraviesa Perú a lo largo del Océano Pacífico, está actualmente abierta luego de una tregua de 48 horas que finaliza el sábado.
Perú también ha desplegado su ejército en un intento por recuperar el control de sus carreteras.
A principios de esta semana, Castillo impuso un toque de queda en Lima para tratar de sofocar las protestas, pero fracasó cuando miles salieron a las calles en desafío. Algunos saquearon tiendas y edificios gubernamentales.
“No estamos en contra del presidente”, dijo Gonzáles. “Estamos en contra del Congreso, que está muy preocupado por los juicios políticos, pero nunca trabaja para la gente”.
“Queremos cambiar la constitución, específicamente cambiar la parte que dice que el gobierno no puede controlar los precios que fijan las empresas privadas”, dijo Gonzáles, quien planea continuar con el bloqueo después de la tregua a menos que el gobierno se comprometa a bajar los precios.
Perú, aunque económicamente estable, se ha visto acosado por crisis políticas y protestas este año, lo que ha provocado que el apoyo de Castillo disminuya y genere dudas sobre si cumplirá su mandato completo hasta 2026.
Medidas de emergencia
La inflación en Perú durante el último año está justo por debajo del 7%, pero los precios de los artículos esenciales han aumentado más rápido. Los aumentos se han acelerado desde que comenzó la guerra. Ucrania y Rusia representan el 29% de las exportaciones mundiales de trigo y el 19% de los envíos de maíz.
La inflación de alimentos, vivienda, energía y combustible ha aumentado más del 11% en el último año, según la agencia nacional de estadísticas de Perú. El aceite comestible y el azúcar se han disparado aún más rápido, aumentando un 50 % y un 35 % respectivamente.
“El aumento de precios de artículos de primera necesidad es real”, dijo el miércoles el primer ministro Aníbal Torres. “Pero lo que a veces no se dice… es que este es un problema internacional, se debe a la guerra que está pasando entre Rusia y Ucrania”.
El gobierno ha tomado algunas medidas de emergencia para aliviar los costos, incluida la exención de la mayoría de los impuestos sobre la gasolina y la entrega de vales a los residentes pobres para comprar gas para cocinar. También ha aumentado el salario mínimo en un 10%.
Pero hasta ahora ha tenido poco efecto en calmar la ira pública.
Los residentes de Villacuri dijeron que ganaban un poco más del salario mínimo, alrededor de 1.400 soles (alrededor de $375) al mes, ayudando a las empresas agrícolas durante las temporadas de cosecha.
“No es suficiente, sinceramente”, dijo Condori, madre de tres hijos. “Si sumas lo que tenemos que comprar: pollo, arroz, azúcar… no es justo. Es hora de que el gobierno defienda al pueblo. Queremos una nueva constitución”.
Los cánticos que piden una nueva constitución se escuchan por todas partes en Villacuri, donde un tramo de la Carretera Panamericana está cubierto de vidrios pulverizados y rocas, señal de enfrentamientos recientes. Cerca, se quemaron las cabinas de peaje.
La constitución de Perú, un texto favorable al mercado que se considera que ayuda al crecimiento empresarial, fue redactado por el expresidente Alberto Fujimori en la década de 1990 después de cerrar violentamente el Congreso y el poder judicial. Muchos lo apoyan como base de una relativa estabilidad económica, pero la oposición va en aumento.
“Siempre hemos querido una asamblea constituyente”, dijo Cediano Lima, otro residente de Villacuri. “Ahora lo queremos aún más porque los precios han subido, así que le pedimos al presidente que convoque uno de una vez por todas”.
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