De acuerdo con la agencia de noticias Bloomberg, la administración del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump buscaría complicar la agenda de conservación y clima del electo presidente Joe Biden, a través de la emisión de permisos; así como el finalizar las principales regulaciones ambientales e incluso vender los derechos para perforar en busca de petróleo en las áreas silvestres de Alaska.
“Todos tienen que estar atentos durante los próximos 60 días porque la administración puede generar más trabajo para las personas que ingresan. Pueden tomar acciones adicionales aquí que pondrán arena en los engranajes de la administración inicial de Biden”, declaró el ex subsecretario del Interior que dirige el Centro de Impacto Ambiental y Energía del Estado de la Universidad de Nueva York, David Hayes.
Según Bloomberg -y replicado por Mining Weekly- la administración Trump ya está preparada el lunes para avanzar en los planes para vender los derechos de perforación en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico, a pesar del voto de Biden de proteger ese desierto de Alaska; mientras que los funcionarios están revisando medidas que levantarían las sanciones penales por matar accidentalmente aves migratorias, fijarían los límites de contaminación del aire existentes y dificultarían la imposición de nuevas salvaguardias ambientales.
Añadió que, por ejemplo, la Casa Blanca acaba de comenzar a analizar una regla final para poner fin a las sanciones penales para los exploradores de petróleo, los constructores de viviendas y otras empresas que matan accidentalmente aves migratorias, preparando el escenario para que el Departamento del Interior finalice la medida en unas semanas.
Asimismo, el jueves, la Casa Blanca comenzó a revisar una regla que define el «hábitat» que recibe protección bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción, solo cuatro semanas después de la fecha límite para comentarios públicos sobre la medida propuesta.
En tanto, resaltó Bloomberg, la Agencia de Protección Ambiental se apresura a codificar las decisiones para retener los límites de calidad del aire existentes sobre el ozono y las partículas, rechazando los llamados de los defensores de la salud pública para endurecer los estándares de contaminación.
“La administración también está impulsando regulaciones que van al corazón del poder de las agencias federales. Por ejemplo, la EPA de Trump está cerca de finalizar dos medidas que podrían dificultar la imposición de restricciones a la contaminación. Uno impediría que la agencia se base en la investigación científica que no se hace pública o no se puede hacer. Otro limitaría la forma en que la agencia calcula los costos y beneficios de las regulaciones futuras”, puntualizó Bloomberg.