Augusto Cauti Barrantes, Abogado ā Consultor, Exviceministro de Minas.
La actividad minera es tan antigua, como amplia, diversa y compleja en su desarrollo y operatividad para explorar y explotar yacimientos, abarcando una serie de tareas como son la perforaciĆ³n, desbroce, seguridad, movimiento de tierras, salud e higiene, minado, relaveras, desmonteras, acarreo, laboreo subterrĆ”neo, voladura, limpieza, alimentaciĆ³n, entre otras.
Se trata pues de una serie de tareas que involucran actividades complementarias y/o auxiliares que, ademĆ”s de darse en un lugar remoto (como es el caso usual de las unidades mineras), tiene lugar en un Ć”rea aislada en un campamento de trabajo; por lo que pareciera generar dudas a quienes no estĆ”n familiarizados con esta actividad tan vasta, tĆ©cnica y difĆcil como resulta ser la minerĆa.
En general, los servicios de tercerizaciĆ³n u outsourcing se presentan como una gran herramienta para optimizar o mejorar tiempos, procesos y costos, y a la vez permitir que la empresa usuaria de tales servicios se dedique principalmente a sus labores primordiales o principales.
Ahora bien, en el caso del sector minero, para realizar todo el entramado de planes, labores y trabajos necesarios para desarrollar una mina, construirla y/u operarla, etc., se requiere de una serie de actividades especializadas y seguras, en sus Ɣmbitos principales o conexos.
Todo lo cual no solo hace mĆ”s eficiente la operatividad de cada una de esas tareas, sino que tambiĆ©n genera encadenamientos y empleo que puede prestarse a varias unidades mineras con mĆ”s personal; al mismo tiempo que provee seguridad y garantĆa ante las distintas preocupaciones socio-ambientales y por accidentes.