Entrevista a Diego Benavides, Presidente Ejecutivo de Minera IRL.
Por: Eva Cruz
¿Qué significa para Minera IRL el préstamo por US$ 70 millones otorgado por Cofide para su proyecto Ollachea?
El resultado de este préstamo obtenido es una gran noticia para la empresa, especialmente en momentos donde el mercado mundial tiene ciertos problemas respecto al valor de los minerales, a restricciones para obtener líneas de crédito, donde se ve limitación para poder levantar recursos a través de las bolsas de valores.
Una situación muy crítica porque desde el 2012 probablemente alrededor de un 50% o 60% de empresas junior con grandes expectativas han tenido que cerrar y transferir o vender sus recursos o proyectos de exploración a empresas más grandes.
¿Cómo así lograron este financiamiento?
Desde el 2012 la empresa ha venido realizando esfuerzos considerables para poder lograr un Joint Venture, o eventualmente obtener del mercado internacional propuestas de financiación.
Obtuvimos en su momento una propuesta inicial del Banco Macquarie de Australia por US$ 100 millones, pero que no era suficiente para financiar, por eso lo dejamos sin efecto.
En estos dos años hemos analizado otras posibilidades como la de una venta parcial del mismo a fondos extranjeros. Las respuestas no fueron favorables por el contexto mundial.
Luego, en 2014 la situación cambia. Las grandes mineras en el mundo terminan de hacer compras baratas a junior y en ese momento comienzan a interesarse por proyectos avanzados como el nuestro que tienen un EIA y permiso de construcción aprobados. Durante este trajín percibimos que la situación del mercado tomaría un tiempo mayor para poder recuperarse, lo que implicaría postergar el proyecto hasta condiciones más favorables. Por eso consideramos importante trabajar una posible transacción financiera con Cofide.
¿Por qué Cofide?
Porque es una institución financiera peruana y la connotación que rodea el interés de Cofide es apoyar proyectos peruanos que tengan un alto contenido social.
Es así que participan en proyectos como hidroeléctricas, proyectos para desarrollar transporte como el Metro de Lima, carreteras como la Interoceánica, puertos, proyectos de energía renovable, entre otros.
Ollachea le interesó a Cofide por el gran éxito de nuestro modelo respecto a la asociación con la comunidad.
¿Podría detallarnos la participación de Cofide?
Se plantea que Cofide actúe como estructurador (que es como un arquitecto que construye y diseña). Nos ofrecen primero un mandato de US$ 240 millones, de los cuales US$ 180 millones se utilizarán para la construcción del proyecto, US$ 30 millones para cancelar una deuda con un banco extranjero (que ponía en riesgo el proyecto), y cancelar el último pago por la compra de la propiedad a Rio Tinto por US$ 15 millones.
Para iniciar este proyecto Cofide nos ofrece primero un crédito puente de US$ 70 millones, de tal manera que podamos poner la empresa en valor al cancelar estos adeudos e iniciar el desarrollo del proyecto.
Lo interesante es que este “crédito puente” ha llamado la atención de inversionistas extranjeros al poder verificar que el Estado peruano cree y apoya a sus proyectos con alta relación social, que es fundamental porque genera confianza al inversor extranjero.
¿Qué es lo que viene tras este apoyo financiero para Ollachea?
Tenemos previsto iniciar su construcción para el próximo trimestre del 2016, en febrero, esperando concluirlo a fines del primer semestre del 2017, con una producción inicial de 100 mil onzas al año. La inversión total es de aproximadamente US$ 180 millones.
Ollachea es un proyecto que hemos factibilizado solo un millón de onzas de reserva, teniendo ya identificada más de dos millones de onzas en otras categorías. Asimismo, geólogos reconocidos consideran que Ollachea es un proyecto que pasa los cinco millones de onzas y de ahí el interés que tienen las grandes empresas con la que hemos estado conversando.
ÉXITO EN GESTIÓN SOCIAL
Un aspecto a destacar de Ollachea es el éxito que han tenido en su gestión con la comunidad.
Venimos trabajando mano a mano con la comunidad desde el 2006, una comunidad compuesta por campesinos y una parte considerable de mineros históricos, mal llamados informales porque han trabajado desde la época de sus abuelos.
Luego de 15 meses, acordamos con la comunidad de Ollachea que nos permitirían, durante los cinco primeros años de exploración, tener acceso a su propiedad, inclusive a sus trabajos de minería, lo que permitía una mejor exploración.
Dentro de la negociación, nos otorgaron cinco años de derecho de superficie y nosotros ofrecimos también otorgarles un 5% de participación accionaria de la empresa Minera Kuri Kullu, que es la subsidiaria de Minera IRL y propietaria de las concesiones mineras. Este 5% se entregará ni bien se inicie la producción, en el primer semestre del 2017.
Cumplidos los cinco años de exploración, negociamos con la comunidad un contrato para el desarrollo y puesta en producción del proyecto de oro donde nuestros socios nos otorgan un contrato de 30 años, que es único y el de más largo plazo en el Perú.
¿La generación de empleo, incluida la mano de obra local, es otro punto a destacar en Ollachea?
Dentro de los acuerdos que tenemos con la comunidad y como política de empresa, privilegiamos la contratación de nuestra gente de la comunidad.
Cuando realizamos la exploración y la perforación hemos tenido niveles de contratación entre 100 y 150 comuneros. Por ejemplo, para la construcción del túnel de 1.2 kilómetros, que va de la bocamina al cuerpo mineralizado, tuvimos niveles de contratación de hasta 210 trabajadores de la comunidad, al punto de cubrir el 100% de la capacidad laboral.
(La entrevista completa la encuentra en la edición impresa y virtual de su revista RUMBO MINERO Nº 87)
