Además obtuvo un EDITDA subyacente de S$ 23.900 millones y un flujo de caja libre de US$ 7.700 millones.
El director ejecutivo de Rio Tinto, Jakob Stausholm, anunció que en 2023, la compañía elevó su producción global de cobre equivalente en más de 3% y obtuvo unos resultados financieros “resistentes”, con un EBITDA subyacente de US$ 23.900 millones, un flujo de caja libre de US$ 7.700 millones y unos beneficios subyacentes de US$ 11.800 millones después de impuestos y cánones gubernamentales, de US$ 8.800 millones.
“La solidez de nuestro balance nos permite seguir invirtiendo con disciplina, al tiempo que pagamos un dividendo ordinario de US$ 7.100 millones, lo que supone un reparto del 60%”, indicó.
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El EBITDA se sustenta en lo generado por las actividades de explotación de US$ 15.200 millones. La compañía registró beneficios después de impuestos atribuibles a los propietarios de Rio Tinto (beneficios netos) de US$ 10.100 millones, después de US$ 700 millones de cargos netos por deterioro, principalmente relacionados con las refinerías de alúmina australianas.
“Seguiremos pagando dividendos atractivos e invirtiendo en la fortaleza a largo plazo de nuestro negocio mientras crecemos en los materiales necesarios para un mundo que se descarboniza”, añadió Stausholm.
“En el último mes hemos dado pasos significativos hacia nuestro objetivo de reducir a la mitad nuestras emisiones globales de carbono de Alcance 1 y 2 en esta década, con acuerdos para contratar en el futuro energía renovable eólica y solar para nuestras operaciones en Gladstone”, comentó.
